León XIV pidió a los poderosos del mundo detener la guerra durante su primera oración Regina Coeli

Miles de fieles colmaron la Plaza de San Pedro para recibir la bendición del nuevo Papa, quien instó al cese de los conflictos armados en Ucrania, Medio Oriente y otras regiones afectadas

En su primera oración dominical como pontífice, el papa León XIV se dirigió este domingo desde el balcón de la Basílica de San Pedro a una multitud congregada en la plaza vaticana, donde llamó a los «grandes hombres del mundo» a detener la guerra y construir caminos de paz. El rezo del Regina Coeli, tradicional plegaria mariana del tiempo pascual, fue su segunda aparición pública desde que fue elegido el pasado jueves como nuevo sumo pontífice de la Iglesia Católica.

«Hoy, hermanos y hermanas, tengo, por tanto, la alegría de rezar con vosotros y con todo el pueblo de Dios por las vocaciones, especialmente las sacerdotales y las de la vida consagrada», expresó León XIV, de origen estadounidense, ante miles de fieles. Con voz serena y en tono firme, subrayó la necesidad de referentes que inspiren a los jóvenes a una vida de entrega generosa a Dios.

Durante su mensaje, el Papa abogó especialmente por el fin de los conflictos en Ucrania y Medio Oriente, y celebró el reciente alto el fuego alcanzado entre India y Pakistán. «Ruego a los grandes hombres del mundo¡basta de guerras! El mundo necesita puentes, no muros; palabras de reconciliación, no gritos de odio», manifestó.

La oración del Regina Coeli, que sustituye al Ángelus durante el tiempo pascual, exaltó la alegría por la Resurrección de Jesucristo e invocó a la Virgen María como Reina del Cielo. León XIV, fiel a la tradición litúrgica, cerró su intervención con el canto de esta antífona acompañado por la multitud que colmó la plaza.

Un pontífice de gestos
La víspera, León XIV rindió homenaje a su predecesor, el papa Francisco, con una visita privada a su tumba en la basílica de Santa María la Mayor. En un gesto que reafirma la continuidad pastoral, el nuevo pontífice rezó en silencio ante los restos de Jorge Mario Bergoglio, fallecido el 21 de abril, y destacó públicamente su legado de «servicio y vida sobria».

Ese mismo sábado, realizó su primera salida del Vaticano con una visita al santuario agustino de la Virgen del Buon Consiglio en Genazzano, a 60 kilómetros de Roma. Allí oró junto a religiosos y fieles, y recordó una visita anterior al lugar cuando era prior general de los agustinos, orden a la que pertenece.

«He deseado mucho venir aquí en estos primeros días del nuevo ministerio que la Iglesia me ha confiado, para llevar adelante esta misión como Sucesor de Pedro», expresó. En sus palabras, León XIV reafirmó su confianza en la Virgen como guía de «luz y sabiduría», y compartió la oración de San Juan Pablo II a la Madre del Buen Consejo.

Reunión con cardenales y continuidad de un legado
Horas antes de la oración dominical, el Papa se reunió en el Vaticano con los cardenales que participaron del cónclave. En ese encuentro íntimo, instó al colegio cardenalicio a seguir la senda marcada por Francisco, basada en el cuidado de los más débiles, el diálogo y una Iglesia misionera y abierta.

Con una marcada impronta pastoral y gestos de cercanía, León XIV inicia su pontificado apelando a la paz mundial, el diálogo entre naciones y la renovación espiritual, dejando en claro que su camino como líder de la Iglesia Católica se apoyará en la continuidad con su predecesor y en un fuerte compromiso con los desafíos contemporáneos.