Al comparar datos del INDEC y del Balance Cambiario surge que se postergaron pagos de importaciones por unos u$s8.500 millones y se anticiparon cobros de exportaciones por otros u$s2.000 millones.
En el caso de las exportaciones, en los 12 meses anteriores ingresaron u$s90.534 millones, aunque el INDEC informó ventas por un total de u$s88.446, millones, lo que implica una diferencia de u$s2.088 millones.
Por el lado de las importaciones, en 2022 el flujo de caja marcó una salida de u$s73.074 (para el pago de bienes y fletes) aunque se informaron operaciones por u$s81.523 millones, lo que dejó una diferencia de u$s8.449 millones. En términos del Banco Central es considerada como “crédito comercial” de las empresas.
Las diferencias son notorias cuando se ve que el superávit del intercambio comercial informado por el INDEC en base a las declaraciones de la Aduana llegó a sólo u$s6.923 millones mientras que el flujo de caja dejó u$s17.459 millones.
Al respecto, un informe del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO) planteó que “la deuda comercial fue clave en 2022 y puede serlo en 2023”. “Si tiene que cancelarse, presionará más sobre las reservas; si tiene margen para seguir incrementando, puede ayudar a sostener el nivel de actividad en el año”, afirmó.
Por su lado, el consultor Salvador Di Stefano señaló que “con esta deuda que tiene el Banco Central con los importadores, es muy probable que se profundice el cepo cambiario”. Señaló que “esto implica que muchos insumos dejarán de ingresar o lo harán a menor ritmo”, por lo que a su entender “la economía difícilmente pueda crecer en el año 2023, a pesar de que el FMI diga lo contrario”. Con los números del comercio exterior en la mesa, el economista considera que el Banco Central está “muy corto de reservas brutas y líquidas”.
Los datos del BCRA revelan que al finalizar 2022 el 90% de las importaciones se hicieron de modo diferido, solo un 3% se pagó a la vista y un 7% en forma anticipada. En ese sentido, la queja de las empresas importadoras es que en general los proveedores del exterior piden pagos adelantados.
El Ministerio de Economía decidió este año cambiar el mecanismo de control. El anterior Sistema de Monitoreo Integral de Importaciones (SIMI) dio paso al Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) que, de acuerdo con la versión oficial, ofrece mayor certeza a los importadores sobre el momento en que podrán acceder a los dólares para pagar al exterior. Un relevamiento realizado por la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) reveló que desde que se puso en marcha el nuevo esquema, sólo el 25% de las operaciones fueron autorizadas.
Op: Rosales Zamira